Roldán ha sido el ganador de la última edición del premio UIBC World Baker of the Year que otorga anualmente la Unión Internacional de Panaderos y Confiteros (UIBC)
Un prestigioso galardón que reconoce la excelencia técnica, creatividad e innovación en panadería y repostería de los mejores profesionales del sector a nivel mundial
El maestro panadero José Roldán ha sido reconocido con el prestigioso título de Panadero Mundial del año 2025, uno de los galardones más importantes del sector a nivel global que otorga anualmente la Unión Internacional de Panaderos y Confiteros (UIBC).
El español se alzó como ganador de la última edición del premio UIBC World Baker of the Year en una gala que tuvo lugar ayer, 21 de julio, en São Paulo (Brasil), en el marco de la feria FIPAN, y dentro de las actividades de la mencionada UIBC, que está celebrando allí su Congreso anual y las elecciones al Presidium.
Un jurado internacional, compuesto por relevantes expertos del sector, ha distinguido la excelencia técnica, la creatividad y la innovación de los mejores profesionales en el arte de la panadería del panorama internacional.
Un trofeo que sin duda pone de manifiesto la calidad del trabajo de José Roldán y su contribución al desarrollo del oficio, reconociendo mundialmente su entrega a la profesión.
“Este premio es el momento más especial de mi carrera. Un reconocimiento que no solo es mío, sino de toda mi familia, que ha estado siempre a mi lado. Mis padres me enseñaron a amar este oficio, a trabajar con humildad y constancia. Gracias a ellos entendí que la panadería no es solo técnica, sino también valores. Este premio también lleva su nombre. A mi mujer y a mis hijas, les agradezco su paciencia, su apoyo y todo el amor que me dan cada día. Sin ellas, nada de esto tendría sentido. Gracias también a Ceoppan por su labor incansable en defensa del pan artesano y por impulsar nuestro trabajo dentro y fuera del país. Este premio es un honor, pero también un compromiso: seguir trabajando con honestidad y orgullo por esta profesión que tanto amo”.




Natural de Córdoba, José Roldán creció entre harinas y amasadoras, aprendiendo el oficio desde muy joven en la panadería familiar. Su formación se ha nutrido tanto del saber tradicional transmitido por sus padres como de una sólida preparación técnica en centros de España, Francia y Suiza. Además, complementó su perfil académico con estudios en Ciencias Económicas en la Universidad de Córdoba, lo que le ha permitido aportar una visión estratégica al sector.
A lo largo de su carrera ha acumulado numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, convirtiéndose en una de las figuras más destacadas de la panadería actual. Fue campeón de la Copa Louis Lesaffre en 2007 en Lille, tanto en la modalidad por equipos como en la especialidad de bollería, y formó parte del equipo español en la Copa del Mundo de la Panadería celebrada en París en 2008.
En 2015 fue distinguido como Mejor Panadero de España y en 2017 obtuvo el subcampeonato en el Campeonato Internacional de Panadería en Rímini, donde también recibió el premio a la mejor presentación. Ese mismo año fue galardonado con el Premio “Excelente” como panadero de calidad (Sevilla). En 2018 recibió el nombramiento como Maestro Instructor Honorario en Perú.
En 2021 asumió el rol de seleccionador nacional de panadería, y en 2023 logró un nuevo hito al proclamarse Campeón del Mundo de Panadería en Rímini. Su último reconocimiento ha sido el Premio a la Innovación en Madrid Fusión 2024, consolidando su posición como referente del sector a nivel internacional.
¿Qué supone para ti recibir el premio UIBC World Baker & Confectioner of the Year 2025?
Recibir este premio es un orgullo inmenso, no solo a nivel personal, sino también familiar. Representa el reconocimiento a muchos años de trabajo, constancia, pasión y sacrificio. No es solo mi logro: es también el de todas las personas que han estado a mi lado en este camino. Es un premio que habla de esfuerzo colectivo, de raíces y de compromiso con un oficio que amo profundamente.
Tu trayectoria arranca en el obrador familiar. ¿En qué medida esa tradición ha definido tu identidad y estilo como panadero?
La formación familiar ha sido clave en mi vida. Gracias a mis padres no solo aprendí las bases del oficio, sino también los valores que lo sostienen. Me enseñaron la esencia de la panadería, pero sobre todo me formaron como persona, transmitiéndome humildad y respeto por el trabajo bien hecho. Esa educación me ha permitido mirar el oficio con otra perspectiva y, al mismo tiempo, me dio la oportunidad de seguir formándome y crecer profesionalmente.
Como campeón de Europa con solo 18 años y formador internacional, ¿qué te aporta esta experiencia global a tu obrador?
Poder formar a otras personas y viajar constantemente me enriquece enormemente como profesional. Cada experiencia me aporta nuevas técnicas, conocimientos y formas de entender el producto. Pero, más allá de lo técnico, me da una visión global del sector y de hacia dónde va. Esa perspectiva internacional me permite innovar, adaptarme y, sobre todo, compartir todo ese aprendizaje en mi obrador y con los equipos que formo.
España tiene una tradición panadera milenaria, pero enfrenta desafíos actuales. ¿Cómo valoras el estado del sector panadero en España hoy?
La panadería española vive un gran momento en cuanto a talento. Contamos con profesionales de altísimo nivel que son reconocidos dentro y fuera de nuestras fronteras; somos un auténtico referente a nivel internacional. Sin embargo, también enfrentamos retos importantes, como el descenso del consumo de pan, la escasez de relevo generacional y la necesidad de adaptarnos a nuevas tendencias y hábitos de consumo. El futuro dependerá de cómo sepamos afrontar estos desafíos sin perder nuestra esencia.
Formas parte de ‘Los Espigas’ y del Club Richemont. ¿Cómo ha influido el trabajo en colectivo en tu evolución profesional?
Estar vinculado a la Selección Nacional de Panadería y al desarrollo del grupo Espigas ha sido clave en mi formación y en mi crecimiento como profesional. El trabajo en equipo me ha permitido aprender, compartir experiencias y estar en constante evolución. Ha sido una fuente continua de inspiración, que me impulsa a crear nuevas técnicas, explorar tendencias y desarrollar productos con una visión más amplia y exigente del oficio.
Este premio te convierte también en embajador del pan artesanal. ¿Cómo vas a visibilizar y defender el oficio tras este reconocimiento?
Lo haré con mucho orgullo por ser panadero y por dedicarme a un oficio tan noble. Para mí, no hay mayor satisfacción que saber que un buen pan llega a la mesa de una familia y genera felicidad. Mi compromiso es seguir defendiendo ese valor, desde la honestidad, la humildad y la pasión. Visibilizar nuestro trabajo es también poner en valor la importancia del pan en la cultura, en la salud y en el día a día de las personas.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los jóvenes que quieren dedicarse profesionalmente a la panadería?
Les diría que es un oficio apasionante. Trabajamos con masas vivas, y eso hace que cada día sea distinto, un reto nuevo. Hoy en día, la tecnología ha mejorado los horarios, permitiendo una mejor conciliación con la vida personal. Además, el acceso a la formación es cada vez mayor, lo que lo convierte en un oficio no solo interesante, sino también muy divertido y creativo. Si hay pasión, la panadería te lo devuelve con creces.


Una trayectoria con mucha miga
Panadero de nacimiento, actualmente José Roldán compagina su papel de formador internacional con la dirección técnica de la panadería El Brillante en el corazón de Córdoba, donde tiene su base y desde donde hace realidad su pasión investigando y desarrollando nuevas propuestas, posicionando a la panadería española en el mapa mundial.
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